Mi nombre es Álvaro Ernesto Valenzuela Rivera, pude convertirme en psicólogo para ayudar a los demás y en este camino, también ir sanando mis propias heridas y conocer mis sombras, de lo cual estoy profundamente agradecido tanto de la vida como de las personas significativas que me han acompañado en este difícil y también hermoso proceso.
Desde mi experiencia clínica, he percibido la importancia que tiene la construcción de nuevas narrativas personales de cambio y transformación, más que el complejo entendimiento de constructos mentales para superarse. Es por esta razón que me interesan los modelos psicoterapéuticos centrados en un trabajo colaborativo, que promueven la activación de procesos de autosanación que todo ser humano tiene de manera orgánica y natural y que, por experiencias traumáticas o difíciles en la vida, se encuentran trabados.
Creo firmemente que, una vez activados estos procesos, surgirán nuevas historias personales de mayor autonomía, independencia, autoeficacia y superación de heridas vinculares, observando la situación de las cosas desde un lugar de mayor calma y autoridad sobre sí misma (o).
En los últimos años, he desarrollado de forma complementaria el uso Terapia Bioenergética Code Lemuria con muy buenos resultados en casos de ansiedad, depresión, estrés post traumático, duelos y perdidas complicadas, entre otras dificultades en salud mental. Además, he implementado el uso de esencias florales y adaptógenas (hongos) y otras herramientas de la medicina homeopática o complementaria.
En actualización constante de mis conocimientos, para darle una atención precisa y de calidad a mis pacientes, también me formé en EMDR, el cual es un abordaje psicoterapéutico que trabaja sobre el sistema de procesamiento de información innato del paciente. Este sistema puede llegar a bloquearse por diversos motivos como muertes, abusos de todo tipo, accidentes, traumas cotidianos, conflictos con personas significativas, generando en el paciente una gran diversidad de síntomas, desde emociones intensas como miedo, angustia, tristeza, dolor emocional e incluso físico, hasta baja autoestima o creencias del tipo: “no valgo”, “soy tonto”, “estoy dañado para siempre”, “no puedo expresar mis emociones con seguridad,” etc. La terapia EMDR a través de estimulación bilateral acústica o visual, desbloquea este sistema innato para que las memorias traumáticas puedan incorporarse en una red de memorias adaptativas y así disolver los síntomas que llevan a consulta.
Por último, también mencionar que en salud pública he implementado terapias grupales para problemáticas como Thda, depresión, ansiedad, crisis de pánico, violencia de género e intrafamiliar, por medio técnicas narrativas, psicodrama y teatro play back, generando experiencias que permiten un encuentro humano y genuino con los demás, vale decir, vibrando en la cercanía, el amor y la espontaneidad como factores claves de sanación personal.